Información sobre el Castellano:
Historia:
El idioma español llegó al Perú en 1532 en sus
dialectos extremeño, andaluz y canario de la época, recibiendo poco después
fuerte influencia del Dialecto castellano.
En un inicio fue hablado sólo por los españoles y los
mestizos de las ciudades, el mundo rural andino continuó hablando el quechua,
aimara y las demás lenguas indígenas por cuatro siglos, siendo mayoritarias
hasta la primera mitad del siglo XX. Luego de entonces, la discriminación
anti-indígena, la imposición del español por parte del gobierno peruano, la
irrupción de los medios de comunicación masiva y la migración rural después de
1940 reconfiguran el mapa dialectal del Perú.
En el Perú:
Las variantes del castellano en el Perú son
variopintas y se establecen por influencias de las lenguas aborígenes y la
distribución geográfica de la población teniendo una connotación en el habla,
los registros de ella muestran diferencias sustanciales, por ejemplo en las
poblaciones ubicadas en los andes del sur y centrales, están influenciadas por
el aymara y el quechua, lenguas nativas del Perú, practicado por sus habitantes
dándole una característica especial en la fonática vocálica al sustituir en el
habla muchas veces la "e" por la "i" y viceversa, la
"o" por la "u y viceversa, este fenómeno mal llamado tras
vocalización es producto de una castellanización del habla en los
quechuahablantes o aymarahablantes desde tiempos de la colonia; de igual forma
los idiolectos y dialectos amazónicos han dado una peculiarida especial al
habla del oriente peruano; en la capital de igual forma el modismo capitalino o
español peruano ribereño, en su habla ha connotado una forma diferente de
hablar y forjado una larga lista de "peruanismos" al estilo criollo y
las famosas jergas que sazonan las conversaciones y diálogos; en el norte la
connotación es distinta, pues se registran
Además se puede hablar en el Perú de una
diferenciación social y económica en los hablantes ubicándose diversos niveles
de la lengua.
Otra característica denotativa en el habla del
castellano es el seseo y el yeísmo diseminado en todo el país, pérdida del uso
de la "Z" y confusión de "y" y "ll".
Además el uso de jergas localistas o Peruanismos, han
enriquecido y empobrecido a la vez el uso del castellano peruano, por ello ante
la pregunta ¿En qué país de América Latina se habla mejor el castellano?,
obviamente que en cada país se defenderá el habla nacional, pero según los
expertos, en Colombia se habla un castellano culto, a pesar de su disforzado
modismo y aforismos excesivos y ¿el castellano peruano?, es el de mejor
entendimiento, menos modismos y aforos, mejor registro vocálico, pocos
modismos, pero claro menos culto que el colombiano y que otras hablas del continente,
¿Reflexionemos? por su puesto, solo en los medios de comunicación se percibe la
desazón del habla peruano, en los llamados "diarios chicha" donde el
manejo de un castellano adecuado y normado se rompen por completo
trasgiversándolo y denigrándolo muchas veces.
Este 23 de abril conmemoramos la llegada e
implantación de esta segunda lengua materna para los peruanos el cual
utilizamos para comunicarnos y expresarnos. Pero al parecer estamos llevando a
la decadencia a este vehículo de enlace con los demás al romper la normatividad
y sintaxis de su uso, reflexionar es un derecho adecuarla correctamente un
deber.
Discriminación lingüística en el Perú:
Julio César Casma es productor online del Banco
Mundial
¿Se ha sentido alguna vez excluido por hablar su
propio idioma en otro país? Imagínese si esto sucediese en su tierra natal.
Millones de latinoamericanos, de origen indígena en
particular, que hablan un idioma distinto al español o portugués enfrentan a
diario esta exclusión lingüística, que también se expande por añadidura a otras
esferas de la vida como el trabajo, la salud, la educación y, por supuesto, la
esfera social.
Desde México hasta Argentina, la desigualdad se ve
reflejada principalmente en las minorías raciales: el 50% de los pobres de la
región son afrodescendientes, y en la población indígena latinoamericana, la
tasa de mortalidad infantil es hasta 3.5 veces más alta comparada con la
población no indígena. La esperanza de vida puede llegar a ser de 30 años menos
entre la población indígena, de acuerdo a investigaciones en desarrollo social.
Perú es un caso particularmente preocupante. Por
ejemplo, del total de peruanos sin acceso a la salud, más del 60% hablan
quechua, el idioma ancestral de los incas. La discriminación es tan patente que
muchos quechua hablantes -13% de la población peruana, según el censo de 2007-
deciden no transmitir el idioma a sus descendientes por temor al rechazo o la
burla.
“Desde niño aprendí que el quechua no era algo bueno.
Mi mamá decía que no lo iba a usar en Lima y mi papá no me enseñó por vanidad,
ya que él no aceptaba por ningún motivo que le digan serrano, y en aquel tiempo
la discriminación era muy dura para los migrantes”, comenta José Cavero Torres,
un comerciante originario de la región andina de Apurimac, que ahora trabaja en
Lima.
Afirma que aunque gran parte de su familia sabe el
idioma, ni él ni sus primos aprendieron a hablarlo o a escribirlo. “Cuando
llegamos a Lima, la presión social, la discriminación y la propia necedad de
los que conocían el idioma jugaron un rol muy importante en contra de los que
queríamos conocer más del quechua”, afirma.
Tal es la vergüenza que produciría el hablar quechua
que, según la UNESCO, el idioma ha sido declarado vulnerable, e incluso en
algunas zonas del país en peligro de extinción, a pesar de ser considerado una
de las lenguas oficiales de Perú.
Algunos esfuerzos se vienen realizando para recuperar
esta lengua.
Demetrio Túpac Yupanqui, director de la academia
Yachay Wasi, se dedica actualmente a revisar su traducción al quechua de uno de
los libros más traducidos en el mundo después de la Biblia: Don Quijote de la
Mancha. Para Túpac Yupanqui, el quechua es un idioma que tiene “una capacidad
superior de expresar el pensamiento humano, tiene palabras que expresan sentimientos
y acciones inexistentes en otros idiomas”.
La lengua se habla también en Ecuador, Bolivia,
Colombia, Argentina y Chile, pero el Perú concentra la mayor cantidad de
quechua hablantes, más de 3 millones de personas localizadas principalmente en
los Andes y que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
Minorías sin voz
A pesar de que más de 70 millones de personas han
salido de la pobreza, América Latina es la región con mayor desigualdad en el
mundo: en 2010, ocho de los diez países con mayor índice de inequidad estaban
en la región, según el Banco Mundial.
Casos como el de Brasil, dónde el 10% de la población
más rica acumula más del 50% de todos los ingresos, son un reflejo de que el
reciente crecimiento económico experimentado en la región no está asociado con
la distribución equitativa de los ingresos.
“Las minorías étnicas se están beneficiando poco o
nada con el crecimiento regional de los últimos años. Los países
latinoamericanos tienen que hacer un mayor esfuerzo en crear políticas especialmente
diseñadas para los pueblos indígenas, que tomen en cuenta sus puntos de vista y
sus anhelos”, comenta Germán Freire, especialista en desarrollo social del
Banco Mundial.
Apoyar a las minorías es clave, según los expertos,
para fomentar la inclusión social que ayude a los países a lidiar con temas que
van desde la movilidad demográfica – flujos de personas que van a las ciudades
en busca de mejores oportunidades- hasta impactos en los precios de los
alimentos y la volatilidad económica.
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